Buenos Aires se tiñe de sombras y luces. Ya no por las
tiernas tardes primaverales o las siniestras tormentas que nos estamos
acostumbrando a padecer semanalmente si no por la visita de lujo de siete obras
del maestro Michelangelo Merisi da Caravaggio (para los amigos y posteridad
simplemente Caravaggio).
Genio y participe del barroco italiano, supo sortear una
vida llena de idas y venidas en las cuales las peleas callejeras, los romances
homoeroticos, la búsqueda de poder económico como profesional, un par de
exilios y la tan anhelada y conseguida orden de Malta lo llevaron a crear una
técnica apasionada, repleta de dolor y sentimiento.
Criticado en su tiempo por la utilización de modelos
comunes, gentes corrientes de la calle para vestir a santos y doncellas dentro
de sus marcos pero destacado y ampliamente imitado por su uso de la luz, único
hasta ese momento generando sensación fotográfica (en el sentido lumínico y no hiperrealista).
Son siete las obras de Caravaggio que el Museo Nacional de
Bellas Artes nos trae gracias a la colaboración de empresas como Fiat e Iveco
junto a otras tantas de artistas seguidores del maestro.
Recomiendo el San Jerónimo por su claroscuro, el dolor de su
mórbida carne y la profunda oscuridad en que se sumerge el espacio nos acentúa
la intimidad de su escritura.
El color y el relato de Los Trapeceros, tema recurrente del
artista quien fue actor y victima de las trampas en las calles de Roma
determinando furiosas peleas con espada en mano. Como dice el dicho “el que avisa no es
traidor” no se debe dejar de apreciar que tanto el modelo de la izquierda como
el de la derecha son el mismo joven, amigo de Michelangelo da Merisi.
Desde el fondo de la sala, reinando cual diva en su trono
nos espera la joya de la muestra. La Medusa o Cabeza de Medusa, plasmada
eternamente sobre un escudo como así lo hizo Perseo al decapitarla y así
protegerse de sus enemigos.
Se dice que Caravaggio jamás se desprendió de este escudo,
lo traslado junto a él en todos sus viajes de manera casi supersticiosa.
La muestra se puede ver hasta el 15 de diciembre y si bien a
mi criterio la iluminación tiene sus defectos ya que no ilumina del todo
algunas obras o genera brillo en otras, es una muestra única que difícilmente
se repita en el corto plazo.
muy buen post! gracias x compartir esta data! suerte con el blog! besotes!
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