El museo del Louvre de Paris estará
exponiendo durante tres meses la maravillosa escultura en bronce del Apoxiomeno
de Croacia.
Esta bella pieza griega de mil seiscientos
años de antigüedad se encontraba sumergida frente a las costas croatas hasta
que en 1999 fue rescatada por el gobierno y sometida a una larga y meticulosa
restauración.
Los antiguos griegos no conocían el jabón y
su función higiénica y los luchadores utilizaban ciertos aceites para cubrirse
el cuerpo. Luego de la lucha quedaban cubiertos por el menjunje del aceite y el
polvo de la arena de combate y debían quitárselo con un rascador.
Cuando se representaba al atleta en esta acción
se lo llamaba Apoxiomeno, una de las imágenes más comunes de la escuela clásica.
Su mirada vacía, su rostro anguloso. El
cuerpo formado del luchador y la posición erguida y concentrada de quien hace
su trabajo.
La Grecia antigua haciendo honor a la
belleza del cuerpo, el templo que cada uno posee y una pieza sobreviviente de
la invasiones bárbaras de caer en el trágico destino de convertirse en fundición
para fabricar armas.